lunes, 31 de enero de 2011

Las Estrellas nunca olvidan 31-01-2011

Después de tanto tiempo sin escribir nada, he vuelto a los versos con este nuevo poema. Está dedicado a todas las personas que quieren olvidar, o las penas del pasado les atormentan. A todos ellos, quiero que sepan que el próximo amanecer siempre será dorado, y esperanzador. Que jamás se rindan, y que ante la adversidad, lo mejor es reírse. Leed pues y gracias, lector.



Siendo uno entre tantas estrellas,
veo la infinidad del cosmos.
Veo un destello lejano, sin tono.
Veo más allá de lo que nunca vi tras mi estela.

Puedo ver la inmensidad
que se alza ante mí
como aquellas blancas nubes de abril,
después de tanto vivir.
Después de aquella larga tormenta.

Hace rato que el reloj se paró
y no te distes ni cuenta.

Nunca olvido
lo que una vez estuvo aquí.
No puedo dejar de mirar, como aquel día perdido,
hacia el horizonte más alejado de verbo sentir.

Polvo es ahora lo que fue,
y ya nada queda más que el viento
que lo arrastra, sin tiempo perder,
porque sin saberlo, sin verlo,
el mundo ya no es lo que una vez pudo ser.

Ya nada queda para el ser humano
entre los recuerdos del tiempo.
Ya nada queda, salvo pena al alcance de la mano.
Y entre tus finos dedos, se te escapa ese feliz recuerdo
como un aún más fino polvo de arena
que se desvanece, que el reloj se lleva.

En el próximo segundo de tu mente,
estas palabras ya serán parte del olvido
y su mensaje, muy probablemente,
se habrá perdido.

Una larga planicie de polvo y hierba,
una larga senda sin piedra ni carteles.
A los lados, sólo viento y niebla.
Atrás, flores que una vez nubes fuesen.
Delante, una vida que nos parece eterna.



Recuerda que el recuerdo es, simplemente, eso,
un atisbo de un lejano ser,
un atisbo alegre y bello
que se extingue como un fuego sin encender.
Vive lo que tú seas capaz de sonreír.

Pronto, sí, muy pronto, algún año
este mundo se te oscurecerá
y sus nubes te parecerán más grises que antaño.
Sus cielos te parecerán vacíos, y sin pensar
estarás pensando en los agraciados tiempos pasados,
donde siempre parecía verano.

Ya nunca más verás un amanecer dorado,
porque ya no recuerdas el color.
Ya nada verás con los ojos del enamorado,
solamente por no saber olvidar el dolor.

Sólo sabemos olvidar lo bueno,
y lo que queda en nuestro ser,
nos pudre por dentro.
Así, llegará ese día, sin querer,
y ya nada hará volver a lo que echarás de menos.

No nos queda nada en el mañana,
sólo tenemos en esta vida sin un cielo azul que ver
un rayo de felicidad en nuestra ventana.
Pero ese rayo no salió del ayer,
ni saldrá del nuevo amanecer.
Sale hoy, en cada cosa que uno haga.

Una mirada, una sonrisa,
un abrazo, una caricia.
En todo está la esperanza más esperada
que hace brillar como estrellas en una noche sin brisa
nuestra mirada.

Puedes llorar por el pasado que ya está lejos.
No todas las lágrimas son amargas,
pues  son un precioso lucero
que nos permite admirar, sin ninguna adivinanza,
la belleza de cada alma
cuando recuerda aquellos momentos felices
que siempre se acaban.

Nunca olvides la felicidad.
Nunca olvides a quién has amado.
Nunca, nunca jamás,
dejes que te devore el pasado.
No olvides que al levantar la cabeza de este libro
te espera este día que aún no has vivido
en la sonrisa de tus seres queridos.



Suspensión de la publicación de En la Sombra de la Noche

Siento el retraso, pero a causa de problemas personales, he preferido no publicar el relato En la Sombra de la Noche, hasta nuevo aviso. Siento las molestias, pero seguid disfrutando del blog como siempre.

miércoles, 5 de enero de 2011

Próximamente en el blog...

Dentro de unos días ( a lo sumo, una semana ), colgaré una de mis primeras obras en prosa: "En la Sombra de la Noche", parte de mi libro "Viaje". No quiero desvelar nada, pero os aseguro que es una historia apasionante y muy original. Esperadlo con ansia, amigos. No os arrepentiréis...