miércoles, 12 de diciembre de 2012

Llama de Mitril y Sueños (12-12-2012)




Los suspiros aterrizan sobre el suelo,
cargados y agotados,
como si cada palmo fuese un camino al cielo.
Paciente, reposando,
dejo caer el peso de mil historias.

Delante de mí,
brillando como la sombra de aquellos días,
el filo que arrastra mi carga sin fin.
Las historias cogen polvo, amontonadas,
y al igual que los libros, tras el final
se quedan sin palabras.
Delante de mí,
viejo amigo, antaño cantar de mis gestas,
poco a poco se apaga.

Aún llego a vislumbrar
aquellas risas que casi he llegado a olvidar.
Aún llego a vislumbrar
un mundo que ya se ha perdido.
Donde llovía diferente.
Donde sonreías diferente.
Donde el horizonte no existía.
Qué tiempos tan bellos han huido.

Y ahí permanece,
brillando ante mí,
difusa llama de mitril.
Aún afilada, aún paciente,
aún quiere volar entre el gris
y toda la gama de tonalidades.
Más allá del cielo.
Más allá de todo destino.

Cuántas historias contaría tu filo,
cuántas has vivido en mi mano.
Quizás ahora seas una difusa y apagada hoja,
pero hubo un día que tu brillo
destellaba un sueño.

Ah, viejo amigo,
cuántos años habrán pasado.
Las nubes no lucen como antaño,
nada parece haber permanecido.
Viejo amigo, qué tiempos tan bellos han huido.

Mil aventuras,
mil ilusiones,
mil fogatas bajo el mar centelleante.
Millones de constelaciones
que ahora no brillan igual.
¿A dónde se fueron los colores de los sueños?

Quizás, la hora ya ha pasado.
Quizás, la edad de las leyendas se esfumó.
Quizás, ya no quede sitio para la ilusión.
Quizás…
O quizás no.

Finalmente,
otro suspiro, y sonrío.
Si los tiempos tan bellos han huido,
habrá que volverlos a encontrar.
Puede que haya pasado tiempo,
puede que haya heridas que sanar,
historias que contar,
mil sueños rotos que reparar.
Puede que sí,
pero nada, nada podrá quebrar mi ilusión.
Nunca podrán quitarme las ganas de volar.
Y si no sé a dónde se fueron los colores del cielo,
los tendré que pintar de nuevo.

Así, viejo amigo,
llama de mitril y sueños,
nunca, nunca te podrás apagar.



miércoles, 5 de diciembre de 2012

Mayeútica Demente



-¿Puedo hacerte una pregunta?

-Adelante.

-¿Cómo definirías el concepto de realidad y el concepto de ilusión?

-Bueno, la realidad es la composición de lo real, y la ilusión, de lo que no lo es.

-Entonces la pregunta sólo se traslada, ¿qué es lo real y qué no lo es?

-Generalmente, se presupone mediante el hábito y la empiria dicha distinción, ¿es correcto?

-Cierto, pero de ese modo, en última instancia, sigue generándose un problema aparentemente irresoluble.

-Explícate.

-El mundo se expresa ante nosostros como percepciones del mismo, es decir, como imágenes mentales que formamos y agrupamos hasta crear nuestra versión del mundo. Por lo que nunca 'vemos' la realidad, el mundo tal y como es, sino lo que pensamos que debería ser, en función al sumatorio de dichas imágenes, ¿hasta aquí todo correcto?

-Ciertamente, 'vemos' con la mente.

-Así es. Por otro lado, la ilusión, al fin y al cabo, es imaginación que simula ser realidad, en confusión. Y la imaginación forma parte del mar de ideas y subconsciente que forma la mente. ¿Cierto?

-Efectivamente.

-Por lo tanto, podemos afirmar que la percepción de la realidad y la imaginación acontecen en el mismo 'lugar', la mente, porque ambos son ideas a fin de cuentas. Si partimos de eso, sabiendo que ambos son ideas, ¿no podría darse el caso que en nuestra mente confundiéramos los conceptos y señalemos como real la imaginación, y como imaginación la realidad?

-Cierto es.

-Pero entonces, podríamos estar viviendo ahora en ilusión sin llegar nunca a saberlo. ¿Quién puede argumentar que el sueño tan plácido que tuve anoche no fuese real, y esta conversación una distorsión de mi mente? ¿Quién puede argumentar que todo lo que tomamos como empiria no es más que pensamientos ideados en mi mente, o en la tuya, o la de un demente? ¿Cómo saber si es pensamiento que parece real, o que quieres que lo sea, o hechos y verdades? Creo que nunca podremos determinar eso.

-Esa afirmación es cierta: nunca podremos saber en qué mundo vivimos, si en el real o en que nuestra mente quiere que veamos. Sin embargo, ¿quién dice que no podamos intentarlo?

-¿Cómo podríamos hacer eso?

-Todo es pensamiento e ideas, percibir e imaginar. Ante un hecho, nunca sabremos verdaderamente si percibimos adecuadamente o si hemos imaginado parte o la totalidad de lo sucedido. Pero, hasta cierto punto, el pensamiento es consciente, salvo los susurros ocultos del subconsciente. Así, si acallamos la parte consciente del pensar, estaremos lo más cerca posible de lo que realmente estamos viviendo; sin imaginación, sin deseos, sin 'quizás'. Cuando dejes de imaginar, estarás lo más cerca posible de vivir la realidad tal y cómo es, sin vivir confundido por tus sueños y tus aspiraciones frustradas, que nutren la maquinaria de la imaginación, hundiéndote en la ilusión...

Pero bueno, esto es sólo mi opinión, ni siquiera sabré si esta idea es real o sólo la he imaginado, ¿verdad?

-Ni que todo esto fuera tan sólo producto de la mente de un demente...

domingo, 2 de diciembre de 2012

domingo, 25 de noviembre de 2012

Cantar por error (25-11-2012)

Sentado en la sala de espera,
aguardando entre la ironía y el resfriado común,
las horas pasan con pereza.
El pasillo devuelve una melodía,
un mal chiste sin razón.

Y como siempre, me conformo con cantar a una pared.
Ojalá al menos me diera su opinión.

Todo aquí termina sin más,
entregando un regalo por error.
Ni pena, ni depresión.
Esto es sólo otra poesía vacía sin intención.
¿Qué más dará?
El rubí brilla para quien primero lo cogió.

Y ahí sigo aguardando,
en una sala gris, llena de gente como yo.
El suelo tiembla, las paredes acaban hablando.
Nada tiene sentido, pero, ¿sin razón?

Bah, ¿qué más da?
Todo termina siempre aquí,
dedicando una canción por error.
Imaginando un mundo en el que nunca estoy.
Aguardando en una sala de espera infinita.
Un mal chiste siempre termina sin sonrisas,
y este poeta se cansó de repetirse por un rubí
al que canté por error.


jueves, 1 de noviembre de 2012

Con Franqueza


"Fuera metáforas literarias. 
¿Crees que me equivoqué? 
Simplemente, demuéstramelo, dímelo"


"No te lo puedo decir más descaradamente" 

domingo, 28 de octubre de 2012

Sueño de Moebius (28-10-2012)



Escondido en mi brazo,
tomado por absoluto,
el reloj continúa su cruel paso.
En lo más profundo,
cada mota de arena es un mundo
que se deshace a pedazos.

¿Qué pasaría si pudiéramos cambiarlo?
¿Qué pasaría si el tiempo
no fuera más que un juguete
en nuestras manos?

Un simple gesto.
Un simple gesto y se rescribiría todo.
La música a la inversa resonaría,
y en una escala sin color,
la experiencia volvería a comenzar.

Un simple gesto,
y daríamos vida a todos los ‘quizás’.
Reescritos los recuerdos,
el pasado, simplemente, sería perfecto.

Pero abro los ojos,
y sólo aprecio el mismo cromatismo,
triste, bajo la llovizna.
Tras las sombras, a este ritmo,
las nubes ocultarán todo
bajo una rutina de agonía.

Todo sigue ahí,
etiquetado de mil maneras diferentes.
Cada mota de arena y melancolía
siguen acumulándose en mi mente.

Todo sigue ahí,
cada error, cada daño, cada desgarro.
Un simple gesto podría cambiarlo.
Pero, permanece torturando,
pues no sería causalidad,
sino reparo.

Todo sigue ahí,
el reloj no es el problema.

Pues tiempo al tiempo,
y sólo tendrás tiempo al cuadrado.
Deja los dichos, los perjuicios y proverbios.
Deja todas las ilusiones y los cuentos.
Déjalos a un lado,
pues nuestro mundo sólo permanece en el recuerdo.
Recuerdos grises llenos de errores y miedo.
Y nuestros errores funcionan como una cinta de Moebius.

No hay salida.
No hay salida.

Y sin embargo, ni yo acepto este consejo.
Y buscaré y buscaré entre jardines y setos,
entre desiertos y mares,
en las profundidades del averno,
sin darme cuenta que de nunca he salido del mundo de los sueños.
Sin darme cuenta de que nunca he salido de la mente de un necio.

Un sueño que busca un sueño.
Un sueño que sueña.
Retrocede en el tiempo, enmienda cada nudo,
y sin embargo al despertar, todo sigue igual.

Un sueño en la mente de un sueño.
Me llevo las manos a la cabeza,
y en un paisaje onírico,
me pregunto a dónde habrá ido mi estrella.

Y en ese sueño,
analicé la caída de una manzana,
el giro de las esferas metálicas de un hilo colgadas.
Gracias a estas pistas encontraría a la Princesa,
vería su cara.
Me arrodillé tras un búnker en el desierto.
Tomé un trozo de cristal de soldador antes mis ojos, 
y esperé.

En ese momento, la eternidad se suspendió.
El tiempo se detuvo.
El espacio se redujo a un ínfimo punto.
Alguien cerca dijo: "Funcionó"
Alguien más exclamó: "Ahora todos somos unos hijos de perra"

Y en un ardiente fulgor, el sueño terminó,
y entre lloros, maldigo la palabra ‘error’.

No hay salida, simplemente.
No hay salida,
porque resguardados de la vida,
yacemos en nuestras mentes.
Porque resguardados del error,
levantamos sueños.
Porque ahogados en nuestro propio lloro,
no oímos cómo llora el cielo,
no oímos el viento,
ni los pasos ni el sendero.
No hay salida, simplemente,
porque, sin darnos todos cuenta,
nunca hemos salido de nuestras mentes.

¿Qué pasaría si pudiéramos cambiarlo?







domingo, 21 de octubre de 2012

Last Chronicle

Sin darme cuenta, acabaste por convertirte en un simple fantasma, una mera idea entre tantas.
Sin darme cuenta, acabe llevándome la razón. 



Ahora, suéltame.

Harto de Negociaciones


-Vale, este es el trato: tú sigues recordando y yo te molestaré algo menos.

-Déjame pensarlo...

-Vamos, no irás a disparar a tu propio subconsciente...

-...no hay trato.




miércoles, 17 de octubre de 2012

Carcasa de Metal (17-10-2012)



Con cada crujir,
las manecillas chillan desgastadas.
Corren las ruedas, hasta que no pueden seguir.
El sistema determinado no puede continuar la balada.

Pesado,
se resiste a volver a andar.
Liviano,
Vuela con alas de metal y alquitrán.
Aun estirando la mano,
el límite predice que nunca la alcanzará.

Pobre, pobre carcasa de metal y latón,
nunca podrás limpiar todo el óxido
que acumula tu corazón.
Pobre, ni suspiros, ni lloros.
Las lágrimas sólo alimentarán la corrupción.

Las miles de ruedas giran,
al son de un reloj cansado.
Tic, tac, como noche y día,
turnándose para continuar la ironía.
A veces rendirse no suena tan descabellado.

Con cada paso,
cada manecilla sucumbe sin más.
El sistema cae destartalado.
Ahora, ¿qué hará?

Pobre, pobre carcasa vacía,
endeble intento por vivir.
Los sueños son tu batería,
pero te preguntas por qué vuelan lejos de ti.
Pobre, pobre carcasa solitaria,
nadie sabrá qué oculta tu piel metálica.
Pero te preguntas por qué vuela tan lejos de ti.

Colapsa en un punto indefinido,
fuera de todo intervalo.
Por inercia acaba siempre varado
en la misma playa de arena y granito,
frío e inerte páramo desolado.

¿Acaso eso es miedo?
¿Acaso eso es soledad?
Hasta el metal siente la ausencia.
Hasta un muerto puede echar de menos,
hasta que se hunda en la recurrencia.
Pobre, pobre hombre de metal.
¿Acaso no puedes llorar?

Y todo cae a pedazos,
como un reloj calibrado para estallar.
Ya nada queda de ese sistema determinado,
y sin embargo, preguntas sin parar,
“¿qué tiene tanta gracia, Laplace?”

Pobre, pobre carcasa de metal y latón,
nunca podrás limpiar todo el óxido
que acumula tu corazón.
Pobre, ni suspiros, ni lloros.
Las lágrimas sólo alimentarán la corrupción.
Pobre, pobre hombre de metal.





sábado, 13 de octubre de 2012

Disparo Sin Elección (13-10-2012)



No vale rendirse,
¿verdad?
Nunca tuve tiempo para despedirme,
solamente quedaba disparar.

Ni un segundo para reflexionar.
Ni un segundo para elegir
entre las centenares de opciones.
Puede que me acabe por arrepentir,
pero esto siempre ha sido más
que un disparo de corazón a corazón.

Ráfaga tras ráfaga,
saltan los escombros de una vida,
cenizas que como muertos se arrastran.
Sólo queda alzarse y hacerlos trizas.
No vale rendirse, ¿verdad?

No trato de justificar nada.
Nunca lo he intentado.
Tétricamente, se impone la realidad.
Y sólo queda llorar o disparar.

Se suceden las matanzas,
cae desquebrajado el cielo.
Cada farsa, cada error,
gotea y mancha a las masas.
Sin un sitio al que llamar paraíso,
sólo queda seguir disparando al destino.
Porque no me contentaré jamás a mirar
cómo todo vuelve a colapsar.

La razón desvela las tinieblas.
Los segundos desintegran el pasado.
No hay verdades entre la roja niebla.
Pronto, lloverá,
y las cadenas tirarán de nuestros pecados.
Mientras, mientras sólo queda desafiar
a la ironía.

No vale rendirse, ¿verdad?
En el fondo, aún gotea la despedida.
Da rabia perder ese instante de elección.
Da rabia hasta doler.
Pero qué remedio.
Porque solamente quedaba disparar
de corazón a corazón.


martes, 9 de octubre de 2012

miércoles, 3 de octubre de 2012

Código de Caballero #2


"Mide tus actos y palabras. 
Puede que no seas capaz calcular sus consecuencias. 
Puede que no seas capaz de llegar a compensarlas"



jueves, 20 de septiembre de 2012

Se Compra Máquina del Tiempo

¿Saben la típica expresión de "qué harías con una máquina del tiempo"? De forma paralela a las implicaciones científicas, lo relevante de esta cuestión es la intención de obtener un medio para poder cambiar hechos o acciones pasadas, que al recordarlas te hieren y te hacen sentir un abanico de sensaciones que, precisamente, no engloban lo agradable. Seguro que cada cual puede enumerar una lista extensa sobre todo lo que querría haber hecho de manera más correcta, o simplemente, diferente. Sin embargo, la verdadera cuestión aquí es que las máquinas del tiempo no llueven del cielo, y como se suele decir, lo hecho, hecho está.



Y cuando procesas eso, sólo queda la aceptación. Dichosa aceptación. "No debí haberle dicho eso", "No debí haber hecho lo otro"... ¿Qué importa? Lo hiciste y lo dijiste, no lo lograrás cambiar. ¿Doloroso? Y tanto. Noches en velas malgastadas, iniciadas sencillamente por "y si..."; pero eso no va a detenernos a la hora de desear estar en el universo donde obramos bien en aquel instante en el que aquí lo destrozamos todo.  No nos queda otra que aceptar.



En definitiva, pensar en lo que fue o pudo ser sólo resulta en suspiros de melancolía. Nada más, nada menos. Ni una misteriosa pero milagrosa puerta interdimensional se abrirá delante de tus narices (casualmente), enlazando (casualmente) con el momento exacto que tanto dolor te inflige (no hace falta que vuelva a decirlo,¿no?). Tampoco un enigmático sujeto con bata blanca te permitirá tener la oportunidad de utilizar su máquina del tiempo, alimentada por iritrio, kriptón y orégano. Y no reces por obtener poderes mágicos (en serio, ¿es qué en algún momento eso ha constituido una posibilidad lógica?).



Sarcasmo aparte, de lo único que podemos estar seguros en esta vida es que el tiempo existe y avanza imparable a detalles tan ínfimos como nuestra conciencia;  nunca he probado a suplicarle a un reloj, pero no me hace falta para asegurar que no serviría de nada (quizás para hacer el ridículo, o ganar una apuesta, puestos a imaginar situaciones).



Ya termino de divagar (¿he oído un "¡menos mal! o son cosas mías?), pero no antes de una pequeña nota personal. Si me preguntaran la misma cuestión con la que inicié esta reflexión, sinceramente, no querría cambiar ninguna de las acciones que he cometido a lo largo de la vida, no porque siempre haya actuado bien (de hecho, de media estaría suspendido en este sentido), sino porque en cierto sentido he necesitado que esos errores ocurriesen, unas veces para aprender, otras para volver a la realidad, u otras sencillamente para   madurar. Lo único que realmente me duele es haber arrastrado en el proceso a personas que en su momento fueron tan importantes para mí. A todas estas, no les puedo dar una máquina del tiempo, solamente un "lo siento"; ojalá hubiera algo más que pudiese hacer.

En fin, no molesto más. Si me disculpan, tengo una máquina del tiempo que terminar de construir...


sábado, 15 de septiembre de 2012

Sequía de Poesía

Últimamente, la única nueva rima que ha aparecido por estos parajes ha sido el propio título de esta entrada. Y es que ya es un hecho que estoy falto de inspiración a día de hoy; ya ni me detengo a considerar las causas. 

Me gustaría volver a escribir en verso en breve, pero para qué mentir, no sé cuándo o cómo volverá la musa inspiración a llamar a mi puerta. Mientras tanto, invito a cualquier lector a deleitarse, en la medida de lo posible, de las pequeñas publicaciones de Ideas Cortas, y de cualquier Reflexión Personal o avance de A Tale of Ashes que publique mientras tal suceso se hace de rogar. En fin, espero que llueva pronto. 

Un saludo desde Viaje en Verso.




P.D: Efectivamente, para quien lo sospeche (o más bien, interese), confirmo mi "ligera pero sana" obsesión con la serie anime Hyouka, una de las infravaloradas de la Temporada de Primavera de 2012, la cual recomiendo a todos los seguidores de este arte nipón. Sí, esto ha sido una manera más correcta de decir: "HYOUKA ES LA HOSTIA".

Guilty Scenes in my Mind



"¿¡De verdad te crees que puedes entender todo el daño que has hecho pretendiendo obviar todo!?"



"Créeme, de verdad que puedo"

martes, 11 de septiembre de 2012

For your own sake

Forget me, for your own sake.
In that darkness you feel, there's only monsters.
Don't you fear them?
There is only dark here, in memories.
That's enough.



sábado, 8 de septiembre de 2012

A Tale of Ashes: Crossing the Guilty Word Field



Aquella flamante luz violeta no paraba de interponerse entre el desgarrador y vasto páramo de piedra y ceniza y la vista del observador solitario. Ondulante, desfilaba entre las dunas arcaicas y las ancestrales ruinas de tiempos, más que olvidados, abandonados. En cierto modo, aquellas llamas luminosas parecían poseer vida, aunque realmente no podían diferenciarse de todo lo demás en aquel yermo muerto.

Ni viento, ni verdor, ni vida. Así eran aquellas tierras carentes de chispa, enterradas entre el polvo de eras pasadas y grises nubes tormentosas. Y sin embargo, pese a aquel espectáculo de llamas y luces excepcionales, reinaba un silencio desgarrador. Por esa misma razón los pasos de aquel observador solitario resonaron con tanta fuerza, en su andar por la tierra muerta, en dirección a aquellas casi majestuosas llamas violetas bailarinas.

Estas conformaban una formación arbórea, ramificándose sucesivamente desde el origen, propagándose lentamente por el paisaje desolado. El observador alzó la vista hacia el centro de tal espectáculo, que rozaba  el horizonte. Aunque era imposible distinguir algo entre tanta luz, este no necesitaba ver para saber cuál era el origen de tales fuegos.

El portón de piedra, alzado entre la inmensa oscuridad del páramo gris, tan imponente como montañas, y prácticamente del mismo tamaño. Grabados de idiomas perdidos surcaban su estructura, sumando más misterio e incertidumbre en torno a aquella puerta de piedra gris. Una puerta ancestral, antigua como la historia misma, erguida para durar toda la eternidad, custodiando la débil frontera entre este mundo, y todo lo demás. Pero hasta esta aparente imperecedera construcción estaba acabando por ceder ante las posibilidades. Era cuestión de tiempo que la Puerta Gris terminara por colapsar, junto al resto del planeta. No, realmente, ahí no terminaría la hecatombe.

-Sólo es otro error más - murmuró el observador solitario mientras se detenía frente a tal espectáculo, cuyas palabras aniquilaron el poco silencio que quedaba en aquel lugar con un sutil eco. Su voz, si alguien hubiera podido escucharla en tales circunstancias, hubiera sonado aún más desgarrador que el silencio que rompió.

-Evoluciona según lo previsto - dijo el observador solitario, casi como si lo anunciara a un público inexistente -. Los datos siguen mostrando la misma sucesión causal de los acontecimientos... de nuevo.

El observador dejó escapar un suspiro, se dio media vuelta, y comenzó a alejarse en dirección opuesta de la Puerta Gris. Sus pasos por aquel yermo seco resonaban como estruendos, envolviendo la anterior calma entre los ecos de su andar. Su espalda se teñía de violeta, mientras la causa, aquellas llamas serpenteantes continuaban su baile. Casi parecía tener un cierto aire ceremonial, como si tan sólo fuera un preludio. En realidad, no era una analogía mal encaminada.

El observador continuaba alejándose de la estructura de piedra y su espectáculo de luces. Y fue ahí donde la lógica aparentemente abandonó definitivamente aquel lugar infernalmente desolado. Si alguien, si tan sólo una sola persona hubiera estado allí, hubiese podido apreciar cómo la silueta del observador se difuminaba en menos de un segundo, como si su imagen se dividiera en varias miles antes de volver a unirse de nuevo. A continuación, parecía como si se moviese de posición mientras continuaba su recto andar; en un instante, seguía caminando, pero a un metro o dos de su trayectoria original.

Aquel sujeto se desvanecía sutil pero velozmente. Porque apenas un segundo después de obrar tal extravagancia, ya no se hallaba en aquel yermo. Simple y llanamente, había desaparecido, sin ruido, luces de colores o humo blanco. ¿Magia, tal vez? Era posible, sin embargo, cabía añadir que, en cierto modo, había sido como si, de pronto, aquel observador solitario hubiera dejado de estar determinado; era como si, de pronto y sin previo aviso, hubiese cambiado de historia.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Nombre de Archivo: Olvido


-Con que estabas escondido aquí... - me digo mientras abro la última carpeta.

La noche hacía rato que había caído, y el infernal ruido del portátil y sus luces era lo único que daba vida al salón. Todos dormían, todos menos yo. Tenía cosas mejor que hacer al parecer.

-Pensé que había arrasado con todo tiempo ha - continué comentando para mí -. Nunca haces planes perfectos, ¿verdad, Samuel?

Me costaba creer que aquellos recuerdos hubiesen sobrevivido, perdidos entre las miles de carpetas de mi ordenador. Fotos, canciones, poemas... casi parecía que tuviesen polvo y todo. Los había encontrado por casualidad, siendo franco. Estaba haciendo una limpieza de todo lo que ya no fuera útil en el portátil, borrando apuntes del año pasado, ordenando los poemas viejos, cuando de pronto, lo divisé. Una carpeta solitaria, prácticamente escondida, entre los archivos de imágenes de viajes de curso, cumpleaños, y viejas pero nostálgicas fotos de mi abuelo. 

Extrañado, la abrí, y bueno, admito que me llevé una ligera sorpresa.

-Cuántos recuerdos...

Justo antes de empezar una nueva etapa totalmente nueva, en la universidad, justo antes de poder empezar a andar en pos de mi meta, la causalidad quería hacerme pararme un instante, y recordar. Sonreí, ente ironía y melancolía. Había jurado que no volvería ni a mencionar el tema, pero ahí estaba, entre las fotos y los recuerdos. 

-En fin, debería borrar esto también, por mi bien -me dije, mientras acercaba el dedo al botón de suprimir.

Y entonces lo vi. Ni recordaba haber hecho una copia de eso. Lo abrí con el reproductor de texto, y ahí se extendía, como si una carta se tratase; una carta muy antigua diría yo. 

"Este será mi último mensaje..."

No pude evitar reirme. A veces me pongo muy melodramático, lo admito. Pero a día de hoy no puedo mirar con reproche todas esas palabras que tanto me costó escribir en su día. Había escrito esa carta mil veces a modo de práctica, pero nunca pensé que, a la hora de la verdad, me costaría tanto. Podía haber guardado una copia para aquel instante, pero, ¿habría sido justo tanta planificación? La moraleja de todo es que hay cosas que es mejor no saber, o no admitir saber más bien.

-Bueno, basta ya de filosofar, ya es hora de borrar este desastre.

Y eso se supone que iba a hacer. Y digo "se supone", porque no pasó exactamente así. Quizás fuese la sorpresa de encontrarlo, quizás me aburría demasiado. Quizás quería realizar una honra final, antes de borrar el último atisbo que me quedaba de esos borrosos días. Da igual por qué fuera en sí, el hecho es que escuchando "Good Enough" de Adelitas Way, tuve una idea.

Sorpresa, aburrimiento, honra final. Suene como suene, me puse manos a la obra. Y una vez terminé, y tras comprobar que lo había publicado en el blog, seleccione la carpeta y pulsé "eliminar". Nombre de archivo, "Olvido".



"Me has utilizado como paño de lágrimas,
has cogido de mi todo,
y yo me quedo con las facturas.
¿Qué me queda después de tanto lloro?"

"Eres caos.
Vuelas de flor en flor, buscando tu ser, pero con los ojos cerrados.
Y en el intento, me has destrozado."

"¿Te duelen mis palabras?
No sabes cómo me duele mi escribirlas.
Porque nunca has sabido lo que sentía.
Porque nunca fue suficiente."

"Lo eras todo, y ya no me queda nada.
Has jugado con el corazón de un hombre destrozado,
y ahora me considero cadáver.
Amé a un bloque de hielo que me devolvía la mirada,
que me quitaba el calor, congelándome más y más,
hasta la muerte,"

"Fuiste el sueño de seis eternos años,
donde desee con toda mi alma que volvieras a mi vida
para compartirla conmigo.
Y cuando por fin la maldita vida se dignó a concederme el deseo,
tú lo acabaste por destrozar."

"Siempre te veía dudar, porque nunca fui de tu egoísta agrado.
Yo te acepté tal y como eres, pero tu egoísmo gobernaba tus pasos.
Te di todo mi amor y alma,
te dediqué toda mi imaginación.
¿Y así me lo pagas?
Tus palabras sólo fueron palabras,
porque siempre dudaste de corazón."

"Porque nunca fue suficiente"

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