domingo, 15 de julio de 2012

La Sinfonía del Túnel (15-07-2012)



Me he quedado sin palabras.
Escribo otro verso,
sumamente repetitivo.
Me he quedado sin alma,
fragmentada en el infinito
de los recuerdos de un extraño.

No consigo escribir nada coherente.
Borro y borro los versos,
una y otra vez.
Miles de ideas perturban mi mente,
pero no soy capaz de plasmarlas bien.

Un continuo malestar,
la sensación de que algo no marcha como debiera ser.
Mientras quiero estallar,
en el fondo, me siento atado,
encadenado a los errores de un casi ajeno pasado.

Aquí no hay sabios que te guíen fuera de la caverna,
no hay imperativo que puedas categorizar.
En lo más oscuro del túnel,
la luz no puede llegar.

Destrozado, sobre las vías del viejo tren,
no permitía falsas esperanzas,
mientras reluce una coraza de hierro oxidada.
“Destino, ¡no me hagas reír!
Ni tus cadenas pueden a la vida devolverme”
Y sientía el curioso deber
de dejar quebrar mi espada.

¿Lo ves?
No hay coherencia.
Divago sin sentido,
ebrio de locura,
amargas cenizas de pena.

Preguntas sin respuestas.
Sólo respuestas inventadas
a preguntas nunca formuladas.
Convertido en cenizas,
el frío suelo no parece estar tan mal.

¿Lo ves?
Ya no soy el hombre que vivió mis recuerdos.
Versos sin sentido se acumulan,
por intentar hablar sin saber mi lugar.
Lejanos, ya no me pertenecen.
Lejanos, perecen.
Sin lugar a duda.

En el eco del túnel se han perdido mis palabras.
Bajo el cobre, divago solitario,
ebrio de locura.
Reluce una coraza de hierro oxidada,
que oculta, sin sentido,
los restos del olvido.
Y del pasado, sólo queda esa triste sinfonía.
Pobres cenizas de amargura




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