¿Escucharás algún día, amigo?
No busquen en tu caja torácica
consejo.
¿Qué pretendes encerrándote en un
sueño?
Siempre te lo repito.
Siempre me lo repito.
Vivir implica muchas cosas,
ya creen sonrisas o lágrimas.
Y que te tenga que recordar tan básico
dogma,
sólo significa que te has perdido en
tu propia sátira.
Siempre te lo repito.
Siempre me lo repito.
Cierra ese libro, y escucha.
No busques luz en el pozo sin fondo de
los sueños.
No busques adrede la causa que te
perturba.
Deja en paz el pretérito,
y escucha.
Acepta los hechos de una vez por
todas.
Escribes y escribes.
Imaginas e imaginas.
Pero ni tú mismo haces caso de lo que
dices.
Si a hacer algo no te dignas,
¿por qué pretendes que algo distinto
tenga que pasar?
Responde,
títere y titiritero.
Responde,
no me hagas repetírtelo.
Y si suena patético,
¿qué más dará?
Sé sincero,
ya pasó el tiempo para juzgar.
¿Escucharás algún día, amigo?
No busquen en tu caja torácica
consejo.
¿Qué pretendes encerrándote en un
sueño?
Siempre te lo repito.
Siempre me lo repito.
¿Me estás atendiendo?
¿¡Me estás escuchando!?
¿Acaso no presumes de estar cuerdo?
Pues va siendo hora de demostrarlo.
Escúchame.
¡Escúchame!
¡Asúmelo de una vez!
No entiendo por qué te cuesta tanto.
¿Eres capaz aún de comprender?
Pues acepta la sangre que mancha tus
manos.
Siempre te repito lo mismo.
Siempre me repito lo mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario