El violín resuena
en la calidez de un dulce hogar.
Las puertas redondas cierran,
y tú y yo podemos descansar.
Las colinas verde perfecto,
el cielo azul felicidad.
Cae la tranquilidad
bajo tu sonrisa.
Más feliz no puedo estar.
Un hogar, en tu regazo.
Un descanso a todo pesar.
Mil posibilidades tenemos
mientras sigamos de la mano.
Tumbados en la pradera,
divirtiendo a las nubes,
la brisa nos acaricia,
mientras la rivera
crea la melodía perfecta.
Porque tú estás,
porque tú me amas,
esto es un verdadero hogar.
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