sábado, 29 de octubre de 2011

Mil Letras Sin Sentido (29-10-2011)


Leve es la brisa
que se lleva las páginas de este cuento.
Yo, sentado, quizás sin ninguna prisa,
escucho como se las lleva el viento.

Corto es el suspiro, poco más
que un simple murmullo.
Con tantas voces que hay en el mundo,
¿quién podría acaso notar
como las lágrimas caen al mar,
al vacío?

Basta ya, oscuridad.
Admítelo.
Te has perdido en el olvido.
Lo oyes detrás,
alcanzando tu andar.
Podrás escapar,
pero no dejará,
no cesará
ese infernal puñal
se te seguirá hundiendo
más y más.

Todo parece frágil.
Delicado
ante un viento hábil
en arrastrar lo que una vez
te fue amado.

Caes de rodillas,
entre un mundo que se desvanece.
Los recuerdos, las sonrisas,
todo un pasado desaparece.
Ni lloras, ni gritas.
Simplemente, te dedicas
a mirar.

Se nubla la vista.
Se nubla el día, toda tu vida.
Pronto, caerás en la cuenta
de que nada de lo que escribas
servirá de veras.
Mil letras,
mil desdichas.

Perdido hasta al escribir.
No saber
que vendrá después.
Si existe un final,
no lo quiero ver.

Las notas se clavan en la sien.
El mundo más bien parece del revés.
Más bien, no parece nada.
Ni ser, ni parecer.

Aleatoriamente,
sin ideas.
Sin inspiración.
Nada sale adrede.
Y recorriendo tus venas,
esa sensación que te muerde
y te pierde en tu propia mente.

Sin sentido escribo.
Cada palabra,
no dice más que la nada.
Vivo
pero no puedo pensar.
No puedo.
No quiero.
Ni me atrevo.
Ni debo.

Sin sentido,
las letras pierden el rumbo.
Y sin rumbo,
poco a poco, pierdo mi mundo.
No… no sé que más mostrar.
Mejor dejarlo así, sin más.
Basta ya.
Basta ya.
Basta ya.

¿Qué más puede quedar?
Como las cenizas al fuego,
todo se desvanece.
Como cristales rotos,
brillan y se retuercen.
Luego, podrás descansar.
Sin sentido, pero luego.
Pero basta ya.

Mil letras,
mil vidas.
Mil desdichas.
Mil penas.
Mil y un más
lágrimas bajo la nada.
Nada más.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Pesadilla (12-10-2011)

¿Alguna vez has soñado
con cuadros colgando
bajo un sol extraño
a lo largo
de una estepa sin fin?

¿Alguna vez te has despertado
y sigues allí?

Sombras tras las cortinas y el espejo,
a altas horas de la madrugada.
Ese susurro que quieres que sea viento.
Ojalá no sea nada.
He dicho ojalá.

Entre sudores,
despiertas
y te encuentras
que estas en una de esas situaciones
en las que tu mente está en tu contra.

Despierta. Arriba.
Bienvenido a la pesadilla.
Únete al miedo.
Pronto, serás comida
para tus propios sueños.

Duerme.
Quizás así
sea más fácil dejar de creerme
que lo que hay tras la ventana
no quiere comerme.

Mi vida desaparece
tras la niebla
que crea mi mente.
Una risa me atraviesa.
Se ríe de mí.
Me río de mí.
Y caigo sin más,
sin dejar de soñar.

¡No lograrás hacerme vacilar!
Puede que todo se torne en pesadilla,
pero jamás he tirado la toalla sin luchar.
No soltaré lo poco que tengo de vida
sin antes, al menos, llorar.

¿Alguna vez has despertado,
asustado,
llorando,
y otro sueño
tus lágrimas ha secado?
Otro sueño que torna en oscuridad.

Despierta. Arriba.
Bienvenido a la pesadilla.
Únete al miedo.
Pronto, serás comida
para tus propios sueños.

Pronto.

Derrotado.
Humillado.
Hundido.
A cada sueño cumplido
toca devolver lo soñado.
Toca despertar
y volver al páramo.

Date la vuelta.
No respires.
No te muevas.
Está ahí,
lo sabes.
Deja de llorar.
Ya es tarde.
Tan tarde.

¿Alguna vez has soñado
que tu luz se iba, ya lejana,
y cuando estirabas la mano
para intentar alcanzarla,
se esfuma sin más?

Pronto…


domingo, 2 de octubre de 2011

Pequeños Sueños de Cristal (02-10-2011)


Cierra los ojos.
Dime lo que piensas.
Ahora, imagínate un mundo.
No uno cualquiera.
Tu propio mundo.



Tras la estela de tus pasos,
surcando el pasado y el presente.
Dejando el futuro para otro rato.
Nada más que yo sonriendo tras de ti.
Sintiendo esa risa tan perenne.

Bajo nuestros pies,
el cielo azul celeste.
Sobre mi frente,
mi casa se puede ver.
Da igual el norte, el sur o el este.
Sólo tus pasos que llevan a tu mente.

Dime que sueñas.
Destellos de plata,
bajo un cielo nuevo.
Besos no tan escarlata,
pero ardientes como el fuego.
Dime qué sueñas.
Tras tus pasos, se hará realidad.

Entre cada letra
de la palabra imaginación,
trato de alcanzar
tu andar.
Entre sueños y fascinación,
cada vez estoy más cerca.

Tu propio mundo de estrellas.
Nubes doradas
que dejan su estela,
ríos de sueños y bellas miradas.
Un mundo de cristal,
más que un simple espejo.

Por fin te alcanzo,
al final del arco iris de tus pasos.
Sonríes,
y de la mano,
caemos suavemente.
Entre reflejos de espejos,
entre las luces de tu mente,
como volando por cada velo
que forma tu imaginación.
Entre destellos,
veo a los lejos tu pequeño corazón.

Y como si caer no fuera nada,
las hojas y las nubes nos arropan.
Y entre nuestras miradas,
se me escapa una sonrisa.
Las palabras sobran,
así que sólo un beso
podría dejarte claro
qué siento en este preciso momento.

Y mientras sueñas,
como en un cielo de fantasía,
mi corazón te demuestra
cuánto valor tienen mi sincera sonrisa
de felicidad.



Abres los ojos.
Con los míos te encuentras.
Mi mano sin prisa
tu suave rostro acaricia.
Dime, pequeña.
Dime qué sueñas.
Esos cuentos de cristal.

Dime si me dejas
hacer los tuyos realidad.