Baila,
la música hoy manda.
Pronto, el escenario cederá,
y empezará
la hora que no va a acabar.
Al son del blues,
cañero y a la vez medio loco,
sólo recuerdo aquella silueta
que danza en mi mente inquieta
hasta el final de cada solo.
Belleza,
¿quieres acompañar al tempo
a este caballero
de poca barba?
Armado sólo con mi guitarra,
espero que no me lo pongas fácil.
Pero difícil tampoco.
De re a la, pasando por el sonoro mi.
Cada nota, inspira a la inspiración
para seguir.
Besos entre las corcheas.
La mano baila y tararea.
Y mi voz, amarga pero densa,
busca que la tuya la venza.
Los focos tiemblan.
La multitud fantasea
con luces y demás mierdas.
Perdona mi lenguaje,
pero un bluesman no se corta
ni con el detalle.
Y si no te importa,
cada nota te voy a dedicar.
Porque sí.
Porque no tiene explicación.
Me fascinas cual solo, muñeca.
Olvida, y tan sólo canta.
Yo pongo el resto de la marcha.
Uh, ¡esto arderá!
Fuego y pasión.
Cuerda y corazón.
Tu mirada me derretirá,
cada mota sólo sueños traerá.
Cada nota los hará realidad.
¡Vaya si arde!
Que el cielo
al son se espante.
Entre tú y yo,
que sólo un abrazo nos separe.
¿Ves la poca lógica que tiene?
Así el amor viene.
Tres, siete.
El mundo sólo se mueve.
Dos, veinte.
Que todo ceda a mi mente.
Coge mi mano al escenario.
Quiero mostrarte cómo te quiero,
al darle a cada nota un paso.
Y el camino contigo será muy largo.
Uh, ¡el blues no cesa!
Pronto, qué quedará de las mesas.
Vaya espectáculo, vaya tela.
Y tú, pequeña,
eres la musa de todos mis temas.
Y si no te importa,
cada nota te voy a dedicar.
Porque sí.
Porque no tiene explicación.
¿Tengo que acaso que dar razón
al amor?
Toma asiento,
escucha y verás.
Por ti respiro y soleo.
Por ti digo y sólo en ti pienso.
Me fascinas cual solo, muñeca.
Olvida, y tan sólo canta.
Yo pongo el resto de la marcha.
Y si no te importa,
al ritmo del blues más rojo,
como no quisiera a otra,
¿me harías el honor de cantar?
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